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"A 46 AÑOS DE LA MUERTE DE LUCIO CABAÑAS, EL HISTÓRICO GUERRILLERO MEXICANO”

Este lunes 2 de diciembre se cumplieron 46 años de la muerte de Lucio Cabañas, Comandante guerrillero de la comunidad de San Martín de las Flores, municipio de Atoyac. En los años setentas, Lucio se levantó en armas en contra del gobierno de México. Joven maestro normalista y guerrillero que soñaba con un mejor mundo para todos. Fue satanizado por el estado mexicano y combatido con tesón y ferocidad desde los años sesenta. La historia oficial conservadora bajo la mano del PRI, ha intentado borrar su legado, pero este, por la memoria popular y colectiva y, por esfuerzos como el que intento hoy en esta columna, ha sobrevivido.
Lucio fue maestro rural, egresado de la Escuela Normal "Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa y militante de la lucha social al lado de Genaro Vázquez en la sierra de Guerrero. Lucio Cabañas Barrientos fue uno de los fundadores delo Partido de los Pobres y ganó notoriedad, cuando en 1974 secuestró al senador y aspirante al gobierno de Guerrero Rubén Figueroa.
La organización de Cabañas se convirtió en el principal objetivo del aparato contrainsurgente del gobierno de Luis Echeverría. Las acometidas del ejército y la colaboración de la prensa maniatada bajo presión gubernamental, se encargaron de calificar y convertir ante la opinión pública a Cabañas en un vulgar gavillero, delincuente y asesino.
A finales de 1974, la sierra de Guerrero fue tomada por los elementos del ejército y en su misión para capturar a Lucio Cabañas, los uniformados cometieron todo tipo de abusos y barbaridades. Cabañas y diez de sus compañeros de lucha fueron abatidos en la comunidad de El Ototal, en el Municipio de Tecpan de Galeana, sin embargo, sobre la muerte del guerrillero se hizo circular la noticia de que el mismo se había disparado en el cuello ante el asedio de la tropa y que un militar le hizo el favor de darle el tiro de gracia. Como siempre, esta burda historia se hizo correr con el fin de limpiar las manos del ejército.
Las Acciones de Cabañas y del Partido de los Pobres fueron retomadas por otras organizaciones de lucha social, que ante la permanente persecución oficial, se tuvieron que dedicar al secuestro de figuras públicas, políticos y empresarios, como una salida para mantener viva su lucha por un cambio de régimen, que en ese tiempo no tenía otro camino. Es en este contexto que hay que analizar las acciones de Lucio y de muchos jóvenes que entregaron sus vidas por sus ideales y sueños.
El gobierno y su historia oficial junto con la prensa comprometida y los intelectuales comprados con embajadas, publicidad y premios de periodismo, callaron y ocultaron los ejemplos de valentía de este puñado de mexicanos que pretendieron cambiar la historia en beneficio del pueblo oprimido.
¿Qué calificativo deberíamos de dar a unos jóvenes que no estaban de acuerdo con las acciones de los gobiernos y, que, para cambiar ese sistema de gobernar, había que tomar las armas y pelear contra el ejército nacional con el conocimiento pleno de que en cualquier momento y en cualquier lugar les costaría su propia vida?
¿Cómo deberíamos honrar a esos jóvenes que ofrecieron sus vidas por ofrecernos los derechos civiles que se negaban a todos los mexicanos? ¿Por qué ese puñado de jóvenes guerrilleros tomó ese camino lleno de sufrimiento, esfuerzos, hambre, sacrificios, persecuciones, balas y sangre?, ¿Por qué prefirieron esa vida en la sierra, lejos de comodidades, de la familia, de la acumulación de riquezas, del glamour y de las oficinas?
A los 23 años de edad fue electo secretario general del Comité Estudiantil Ricardo Flores Magón de la Normal de Ayotzinapa. Al surgir el movimiento estudiantil que luchaba por la autonomía de la Universidad de Guerrero, Lucio consultó a la base estudiantil si había condiciones para apoyar a los universitarios. La asamblea determinó que sí. Que Ayotzinapa se incorporaría a la protesta que más tarde derrocó al gobernador Raúl Caballero Aburto.
Un año después fue elegido como secretario general de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialista de México (FECSM), la cual aglutina a todas las normales rurales del país. Tiempo después, Lucio recibió a Genaro Vázquez que era dirigente de Asociación Cívica Guerrerense (ACG), iniciándose su cercanía que tuvieron durante el movimiento popular de los años sesenta.
Ya con la plaza de maestro de primaria en la localidad de Mexcaltepec, parte alta de Atoyac, encabezó la primera protesta a lado de los ejidatarios contra Silvicultora Industrial S. de R.L., por la tala inmoderada de los bosques que no dejaba ningún beneficio a la comunidad. Los madereros presionaron y el gobernador y lucio fue cambiado a la escuela primaria Modesto Alarcón, Atoyac. Sin embargo, Lucio no se retiró del movimiento agrario, por el contrario, fundó la Delegación de la Central Campesina Independiente en esa región. Así empezó su trabajo con los pueblos, bajo la premisa: "Ser pueblo, hacer pueblo y estar con el pueblo”.
El 18 de mayo de 1967, a las 8:00 de la mañana, los maestros de la escuela primaria Juan N. Álvarez se presentaron a laborar como de costumbre, sin embargo, un grupo de padres de familia impedían el paso, la judicial y motorizados respaldando a la directora Julia Paco Piza. Ante la presencia de la policía, la gente se enardeció impidiendo que los judiciales ingresaran a la escuela. Estaba el forcejeo cuando llegó Lucio. Tomó el micrófono para dar indicaciones a los padres de familia inconformes, en ese instante el comandante de la motorizada intentó quitarle el micrófono a balazos. En la confusión se soltó la balacera dejando un saldo de 11 muertos. Como los agentes policiacos intentaban culpar a Cabañas por los acontecimientos, este se refugió en la sierra para defenderse de la persecución gobiernista. Llegó al ejido San Martín y desde ahí organizó la lucha armada, que duró siete años en la sierra.
Luis Suárez en su libro da voz a Lucio. Ahí el guerrillero planteaba que no importaba que hubiera o no condiciones para hacer la revolución; que "cuando matan al pueblo, hay que matar enemigos del pueblo. Y de ahí parte la revolución, de ahí parte toda revolución” …” Lo que sí es cierto, es que con una matanza nos decidimos a no esperar otra. Y hemos dicho aquí: para que un movimiento armado empiece, necesita varias condiciones: que haya pobreza, orientación revolucionaria, un mal gobierno, que haya un maltrato directo de los funcionarios. Todas esas cosas se pueden aguantar, pero lo que no se aguanta es que haya una matanza, eso sí no se puede aguantar. La forma de nuestra lucha es la guerra de guerrillas. Así fue como Lucio fundó en la sierra la Brigada Campesina de Ajusticiamiento, brazo armado del Partido de los Pobres.
Indudablemente su muerte y la de muchos jóvenes idealistas que tomaron las armas y ofrecieron sus vidas, fuero la semilla de la democracia que ahora tenemos.
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